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La escasez no se debe a compras nerviosas, pues el consumo de esas proteínas ha bajado significativamente por los altos precios, dijeron comerciantes y clientes

Las neveras de carnicerías, frigoríficos y automercados de Caracas estaban ayer sin carne de res ni pollo, para mayor desespero de las amas de casa, y los comerciantes explicaban que los proveedores no cumplieron con la entrega de los pedidos.

En Quinta Crespo y Candelaria, zonas caracterizadas por la provisión suficiente a los compradores, así como en el este de la ciudad, había locales con la santamaría baja porque no tenían existencias. Otros estaban abiertos, pero solo vendían cerdo: 89.000 bolívares el kilo de paticas y carne salada y 115.000 y 120.000 la chuleta y el pernil, respectivamente.

En el recorrido, un solo comercio tenía carne de res molida a 80.000 bolívares el kilo, que los clientes compraban a razón de medio kilo o menos, como contó uno de los carniceros.

“Solo usaré un poquito de carne molida para hacerla en salsa combinada con vegetales, y de contorno yuca sancochada”, dijo Luisa Rodríguez, ama de casa y trabajadora.

En Candelaria, donde se observaba la presencia de guardias nacionales en la calle, Carmen Marín expresó: “No puedo comprar cochino a esos precios porque se me descuadra el presupuesto”.

Añadió que en esa parroquia la semana pasada ya había problemas para conseguir carne molida, para guisar y mechar (los cortes más demandados), además de “los astronómicos precios”.

Hasta el sábado los expendios de la capital recorridos vendían la carne de res entre 70.000 y 80.000 bolívares el kilo, y la de pollo entero entre 30.000 y 50.000 bolívares; sin embargo, la presentación en milanesa del ave costaba 100.000 bolívares el kilo.

Comerciantes que pidieron no revelar sus nombres explicaron que no podían vender esas proteínas por menos sin afectar la estructura de costos, dado que los proveedores les aumentan los precios cada semana.

“No tengo problemas en vender la carne a 41.000 bolívares el kilo –como lo acordaron los productores y el gobierno el viernes– si se me respetan los costos, porque no puedo ofrecer la mercancía a pérdida”, expresó el dueño de un expendio.

Otro propietario reveló que no sabe a qué precio ofrecerá la carne y el pollo cuando llegue el nuevo cargamento. “Eso depende del precio que ponga el proveedor. La semana pasada vendí la carne al público a 79.000 bolívares el kilo”, dijo.

Los comerciantes sostienen que la escasez de carne y pollo no se debe a compras nerviosas de los consumidores, pues las ventas han caído mucho con la pérdida del poder adquisitivo.

“Desde julio en la casa bajamos drásticamente el consumo de carne roja. Compramos un máximo de dos kilos, fundamentalmente molida, por ser más rendidora, los cuales deben dar para un mes o mes y medio porque cada vez está más cara”, reveló un padre de una familia de cuatro integrantes y en la que trabajan él y su esposa.

Un ama de casa destacó que hasta hace 2 meses destinaba 100.000 bolívares del ticket alimentación a comprar una pieza de carne de 5 kilos, distribuidos en carne molida, bistec, guisar, mechar y sopa. “Ahora no puedo hacerlo y me he visto obligada a comprar más huevos y granos, aunque también aumentan a cada rato. Tengo que hacer magia para armar los almuerzos”, manifestó.

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