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Este emprendimiento familiar se hizo famoso en San Fernando por poner a competir la pasta con la parrilla llanera. Carmelo Fortuna Chamorra, quien lo dirige, en segunda generación, ha hecho de todo para salvarlo. En 2018, trabajó como cocinero en Italia durante 10 meses para evitar su cierre

Carmelo Fortuna Chamorra, dueño del restaurante Italia, el más antiguo de San Fernando de Apure, cree que los comerciantes en Venezuela y, en especial en el estado Apure, son una suerte de José Gregorio Hernández. Y lo cree porque a diario hacen milagros para sobrevivir a la crisis económica y a la pandemia de la COVID-19.

 

El restaurante Italia es un negocio familiar, fundado el 20 de septiembre de 1976 en San Fernando de Apure, que se hizo famoso desde esa época por competir con la parrilla llanera, por ofrecer variados platos de pastas y, en especial, por introducir en la región el pasticho y la popular cotoleta, una milanesa de pollo o carne acompañada de salsa napolitana, jamón, salsa bechamel y queso parmesano. Con el pasar del tiempo, este establecimiento se ha adaptado y ha aplicado cambios para sobrevivir a la crisis económica, así como también para optimizar el servicio, pese a la pandemia.

En el aniversario 44 del restaurante, Fortuna Chamorra asegura que el volumen de ventas ha bajado 90 %, lo que implica que sus promotores no devengan sueldos fijos, pero se sacrifican, dice, por mantener la tradición y por cumplir los compromisos laborales a los 12 trabajadores del emprendimiento. “Nos lucramos solo con lo que comemos, porque no percibimos ganancias por las ventas”, explica. 

A Fortuna Chamorra lo han afectado los problemas de la escasez de insumos pata trabajar, pero ninguno como la falla del gas doméstico reportada en San Fernando durante agosto de 2020. Tras cocinar con leña, fue hospitalizado durante siete días con un diagnóstico de neumonía. Afortunadamente, dice, la situación ha cambiado favorablemente durante los últimos meses.

 

El Italia se ha mantenido 44 años abierto, pese a las dificultades. La familia no claudica en servir platos de calidad en las 24 mesas del local, dispuestas para 120 comensales, aunque confiesa que obligados por la pandemia y para mantener el negocio en el tiempo, los cocineros aplican algunos cambios. Antiguamente utilizaban queso parmesano importado; ahora, adquieren los productos nacionales. Además, elaboran la pasta con sus propias manos, cumpliendo las medidas de bioseguridad.

Este nativo ha hecho de todo para sobrevivir en su negocio. Recuerda que, durante 2018, para salvar de la quiebra de su restaurante, trabajó como cocinero en Italia, durante 10 meses.

 «En 2018 comprábamos los productos en bolívares y al día siguiente nos faltaba más dinero para volver a comprar los insumos. Luchamos y recortamos presupuestos durante un año para no cerrar el restaurante. Fue nuestro punto de quiebre hasta que, en 2019, se dolarizó la economía, lo que nos permitió salir adelante poco a poco, porque ahora es que se vuelven a conseguir los productos”, dijo.

Una historia, una tradición

El restaurante Italia fue inaugurado el 20 de septiembre de 1976 con el nombre original de “Da Francesco”, por Paolo Fortuna, padre de Carmelo, un maestro heladero, inmigrante italiano, quien decidió en 1955, a sus 18 años de edad, salir de su país de origen hacia Venezuela, en busca de oportunidades, pasados los primeros 10 años de la segunda guerra mundial. El nombre se debió a que, en ese momento, su familia mantenía una sociedad con el reconocido cocinero italiano Don Francesco. Este le aseguró que se haría rico al abrir cafetines en Venezuela, tal como lo hacía en la tierra itálica.

 

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El italiano es así, muy aventurero, recuerda Carmelo al evocar las aventuras de Marco Polo. “Mi padre, en Italia, tenía cafetines. A pesar de que su amigo lo había convencido que se haría rico en Venezuela, se encontró con una sorpresa: una situación económica difícil de enfrentar. Pero le gustó esta tierra llanera donde se enamoró y formó una familia integrada por 10 hijos”.

Luego de varios meses de la inauguración de Da Francesco, el socio de la familia Fortuna, el chef Don Francesco, se fue del país, y el nombre del negocio fue cambiado por el de Restaurante Italia. “Comenzamos en un local pequeño, luego compramos otro local más grande situado en la misma avenida Miranda. Fuimos evolucionando y hemos determinado que mi familia seguirá trabajando en este país”, dijo.

Paolo Fortuna llegó al estado Apure en enero de 1955 y decidió arrendar el Hotel Puerto Miranda, en el estado Guárico, donde conoció a Carmen Georgina Chamorra, natural de El Samán, municipio Achaguas, que fungía como recepcionista del mencionado hotel y a quien en poco tiempo convirtió en su esposa.

Era un empeñoso comerciante italiano, oriundo de Diávola, Sicilia, nacido el 27 de marzo de 1935. Antes de abrir el Italia fue dueño del popular Cafetín Trinacria, donde a diario los llaneros se reunían para desayunos de negocios. Igualmente, del Cafetín El Párate Bueno, situado en el Paseo Libertador de San Fernando de Apure.

“Seguiré en Apure, porque soy de aquí y he vivido toda mi vida aquí. No tengo donde más ir a soñar. Esto pasará. La constancia y la rectitud son mis claves del éxito”, dijo.

Fuente ElPitazo