No solo por sus condiciones medioambientales que determinan nuestra frontera con Colombia, árida en el segmento conflictivo  –Ureña/San Antonio –  ahora a causa del éxodo proveniente de Venezuela por una crisis sociopolítica que generó el gobierno venezolano, la frontera colombo-venezolana se recalentó por reservas a una invasión militar mediante el canal de ayuda humanitaria, razón por la cual surgió un encuentro Pompeo/Duque en un sector crítico de dicho segmento adyacente a Puente Las Tienditas, a fin de conversar sobre las consecuencias de la crisis originada en nuestro país, observándola in situ. Un encuentro que bien podría tratarse de reactivación de la “Política de buen vecino” que impulsó el presidente Franklin D. Roosevelt dentro del marco de la VII Conferencia Panamericana de 12/1933 en relación con su política hacia América Latina durante el lapso 1933-1945 cuando la intervención EEUU en los asuntos internos de las naciones latinoamericanas fue moderándose en busca de la solidaridad hemisférica contra amenazas externas. Especialmente, de las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial.

Impúdicamente, la actitud decimonónica, artera y descabellada del régimen se manifestó, de nuevo, a través de su vocero, el canciller Arreaza, quien calificó el hecho como “la falsa ayuda humanitaria del show de Cúcuta”, cuando debió presentarse junto con el señor presidente Duque, quien portaba planes para atender, formalmente, la problemática ocasionada a su país, cuyos efectos se extienden a todo el Departamento Norte de Santander, sin visos de que Venezuela asuma responsabilidad alguna por tal genocidio y aplicación del funesto socialismo del siglo XXI, que nos devolvió, irreversible y despiadadamente, al siglo XIX.

Isaías A. Márquez Díaz